La pedagogía de la escucha: La perspectiva de la escucha desde Reggio Emilia

La pedagogía de la escucha: La perspectiva de la escucha desde Reggio Emilia

Por: Carlina Rinaldi – Traducción: Emy Denis González

Mensaje del autor Quise re-escribir este artículo después de los terribles ataques en Nueva York y Washington. He elegido ofrecer algunas reflexiones iniciales como prefacio a este artículo. Siento fuertemente que los contenidos del artículo adquieren nuevos valores y significados a la luz de la tragedia que nos ha devastado a todos. Durante estos días, se ha sugerido fuertemente escuchar a los niños. Esta palabra “escuchar”, este concepto, parece haber llegado a ser más reconocido, compartido y practicado. Pero esta actitud no se puede limitar únicamente a esta emergencia; tenemos que escuchar a los niños no sólo porque podemos ayudarles sino porque ellos nos pueden ayudar. Deberíamos escuchar a los niños, para que puedan expresar sus temores pero también para que ellos nos den el valor a encarar los nuestros, por y con ellos. Deberíamos escuchar a los niños para que su sabiduría nos dé confort, para que sus “porqués” orienten nuestra búsqueda por las razones y nos dé la fuerza para encontrar respuestas no violentas, honestas y responsables. Deberíamos escuchar a los niños para que sus palabras nos den el coraje para el futuro y nos ayude a encontrar una nueva manera de dialogar con ellos y con nosotros mismos. La búsqueda del significado La escucha juega una parte importante para lograr un objetivo que siempre ha caracterizado nuestra experiencia en Reggio: la búsqueda del significado. Entendemos la escuela (las cuales son, para nosotros, los centros de la infancia) como un lugar que juega un rol activo en la búsqueda por significar –El significado de niños y adultos así como sus significados compartidos-. Una de las primeras preguntas que nos hacemos como educadores es ¿Cómo podemos ayudar a los niños a encontrar un significado en lo que hacen, en lo que encuentran, en lo que experimentan? ¿Cómo podemos hacer esto por nosotros mismos?

En la búsqueda del significado debemos preguntarnos: “¿Por qué?”, “¿Cómo?”, “¿Qué?”. Éstas son las preguntas claves que los niños hacen constantemente, dentro y fuera de la escuela. Es una búsqueda muy difícil, especialmente para los niños que tienen muchos puntos de referencia en sus vidas diarias: familia, televisión, escuela y los lugares que frecuentan. Pero no podemos vivir sin significado; esto impediría cualquier sentido de la identidad, cualquier esperanza o cualquier futuro. Los niños saben esto; tienen el deseo y la habilidad de buscar el significado de la vida y su propio sentido del ser desde que nacen. Esto es el porqué, en Reggio, vemos a los niños como seres activos, competentes y fuertes, explorando y encontrando significados -no como un ser predeterminado, frágil, necesitado e incapaz-. Para ambos, niños y adultos, “entender” significa ser capaz de desarrollar una teoría interpretativa, una narrativa que da significado al mundo alrededor de ellos. Para nosotros, en Reggio, estas teorías son extremadamente importantes para revelar cómo los niños piensan, cuestionan e interpretan la realidad y sus propias relaciones con ella y con nosotros. Estas teorías son provisionales y pueden rehacerse continuamente. Para que sean útiles y para satisfacer nuestras necesidades, deberían ofrecernos explicaciones satisfactorias que complazcan y convenzan. Las teorías también deberían complacer y ser atractivas a otros. Necesitan ser escuchadas por otros. Expresar nuestras teorías a otros transforma un mundo que no es intrínsecamente nuestro, en algo compartido. Compartir las teorías es una respuesta a la incertidumbre. Ésta es la razón porque cualquier teoría, para existir, necesita ser expresada, comunicada y escuchada por otros. En esto yace la base para “la pedagogía de las relaciones y de la escucha”, que distingue el trabajo en Reggio Emilia.

El significado de la escucha

• La escucha debería ser sensible a los patrones que nos conectan con otros. Nuestro entendimiento y nuestro propio ser son una parte pequeña de un conocimiento más amplio e integrado que mantiene el universo junto.

• La escucha debería estar abierta y ser sensible a la necesidad de escuchar y a ser escuchado, y la necesidad de escuchar con todos nuestros sentidos, no sólo con los oídos.

• La escucha debería reconocer los múltiples lenguajes, símbolos y códigos que la gente usa para comunicarse y expresarse.

• La escucha a nosotros mismos, “la escucha interna” nos motiva a escuchar a otros pero, en cambio, se genera cuando otros nos escuchan.

• La escucha como tiempo. Cuando realmente escuchamos, nos introducimos en el tiempo del diálogo y de la reflexión interior, un tiempo interior que se compone del presente pero también del pasado y del tiempo futuro y es, por lo tanto, un tiempo cronológico exterior. Es un tiempo repleto de silencios.

• La escucha se genera por la curiosidad, el deseo, la duda y la incertidumbre. Esto no significa inseguridad sino la tranquilidad de que cada verdad existe, sólo si estamos enterados de sus límites y su posible falsificación.

• La escucha produce preguntas, no respuestas.

• La escucha es emoción. Es generada por emociones, es influenciada por las emociones de otros y estimula las emociones.

• La escucha debería dar la bienvenida y estar abierta a las diferencias, reconociendo el valor del punto de vista de los demás y de su interpretación.

• La escucha es un verbo activo, que involucra dar una interpretación, dar significado al mensaje y valor a aquéllos quienes están siendo escuchado por otros.

• La escucha no es fácil. Requiere una conciencia profunda y una suspensión de nuestros juicios y prejuicios. Requiere una gran apertura al cambio. Demanda que valoremos lo desconocido, y venzamos los sentimientos de vacío y la precariedad que experimentamos cuando nuestras certezas son cuestionadas.

• La escucha elimina el anonimato del individuo (los niños no toleran ser anónimos). Nos da legitimidad y visibilidad. Enriquece tanto a los que escuchan como a los que producen el mensaje.

• La escucha es la base de cualquier relación de aprendizaje. A través de la acción y la reflexión, el aprendizaje toma forma en la mente del sujeto y, a través de la representación y el intercambio, se convierte en conocimiento y habilidad.

• La escucha toma lugar dentro de un “contexto de escucha”, donde uno aprende a escuchar y a narrar, donde cada individuo se siente libre de representar y ofrecer la interpretación de sus teorías a través de la acción, la emoción, la expresión y la representación, usando símbolos e imágenes (“los cien lenguajes”). La comprensión y la conciencia se generan a través del compartir y del diálogo. Los niños como oyentes La capacidad de escuchar y la recíproca expectación es una cualidad importante que permite la comunicación, el diálogo y requiere ser sostenida y entendida. De hecho, esta capacidad abunda en los niños pequeños, que son los mejores oyentes del mundo que les rodea. Escuchan a la vida en todas sus formas y colores. Escuchan a otros –adultos y compañeros-. Rápidamente perciben cómo la escucha es esencial para la comunicación. Desde el inicio, los niños demuestran que tienen una voz, saben cómo escuchar y quieren ser escuchados por otros. La socialización no se enseña a los niños: son seres sociables. Los niños pequeños son fuertemente atraídos por los modos, lenguajes (y por consiguiente, los códigos) que nuestra cultura produce así como por otras personas. Escuchar, entonces, parece ser una predisposición innata, presente desde el nacimiento, que apoya el proceso de culturización de los niños. Este es un camino difícil que requiere energía, trabajo constante y, a veces, sufrimiento. Pero también ofrece asombro, alegría, entusiasmo y pasión. Es un camino que toma tiempo – tiempo que los niños tienen y que los adultos, con frecuencia, no tienen o no quieren tener-. Aquí es donde la escuela juega un papel importante; debería ser primeramente “un contexto de escucha múltiple”, que involucra a los maestros y a los niños, individualmente y como un grupo, que debería escuchar el uno al otro y a sí mismos. Este concepto de un contexto de escucha múltiple derriba la relación tradicional de aprendizaje-enseñanza. El enfoque cambia el aprendizaje –el autoaprendizaje de los niños y el logrado por un grupo de niños y adultos juntos-. La escucha y la documentación Cuando los niños comunican sus imágenes mentales o sus teorías a otros, también se las representan a ellos mismos, desarrollando una visión más consciente. Esto es lo que significa la “escucha interna”. Moviéndose de un lenguaje a otro, y de un campo de experiencias a otro y reflexionando sobre estos movimientos, los niños modifican y enriquecen sus teorías. Pero, esto es verdad sólo y sólo si los niños tienen la oportunidad de hacer estos movimientos en un contexto grupal –con otros- y si tienen la oportunidad de escuchar y ser escuchados por otros, de expresar sus diferencias y ser receptivos a las diferencias de los otros. La tarea de los educadores no sólo es permitir que las diferencias puedan ser expresadas, sino hacer posible que ellos puedan negociar y nutrirse a través del intercambio y la comparación de ideas. De esta manera, no sólo el niño como individuo aprende cómo aprender, sino que el grupo se vuelve consciente de ser “un lugar de enseñanzas”, donde los lenguajes son enriquecidos, multiplicados, refinados y generados pero también donde se hibridizan, chocan el uno con el otro y se renuevan. En adición de ofrecer apoyo y mediación a los niños, el maestro que sabe cómo observar, documentar e interpretar estos procesos se hace consciente de sus potenciales como aprendiz –en este caso, aprende cómo enseñar-. La documentación puede ser vista como una escucha visible: asegura el escuchar y ser escuchado por los demás. Esto significa producir huellas –como notas, fotos y videos- para hacer visible los medios a través de los cuales los individuos y el grupo están aprendiendo. Esto asegura que el grupo y cada niño pueda observarse desde un punto de vista externo mientras aprenden (durante y después del proceso). Una variada y amplia documentación (videos, cassettes, notas, etc.): • Hace visible los procesos de aprendizaje y las estrategias utilizadas por cada niño, sin embargo, siempre en un modo parcial y subjetivo.

• Permite la lectura, el reencuentro y la evaluación. Estas acciones se convierten en parte integral del proceso de construcción del aprendizaje.

• Parece ser esencial para el proceso meta-cognitivo y para el entendimiento de niños y adultos. La observación, documentación y la interpretación se tejen juntas en lo que yo definiría como un “movimiento espiral”, en el cual ninguna de estas acciones puede separarse de las otras. Es imposible, de hecho, documentar sin observar e interpretar. Por medio de la documentación, el pensamiento o la interpretación del documentado llega a ser tangible y capaz de ser interpretado. Las notas, grabaciones y fotografías representan fragmentos de la memoria. Mientras cada fragmento está saturado con la subjetividad de quien documenta, al mismo tiempo es sujeto a la interpretación de otros, como parte de un proceso colectivo de construcción del aprendizaje. En estos fragmentos se encuentra el pasado y también el futuro (por ejemplo: “Qué hubiera pasado si…”). El resultado es un conocimiento abundante, co-construído y enriquecido por las contribuciones de muchos.

Carlina Rinaldi es asesora pedagógica de Reggio Children y fue directora pedagógica de las escuelas municipales de Reggio Emilia. Carlina es profesora en la Universidad de Bologna, sin embargo, actualmente se encuentra de año sabático de esa posición. Durante el otoño 2001 fue profesora visitante en la Universidad Webster en St. Louis, Missouri. El siguiente documento se basa en un capítulo del libro: Making Learning Visible: Children as Individual and Group Learners, publicado por Reggio Children en 2001. Este artículo se publico por primera vez en: Children in Europe, número 1, septiembre, 2001. La escucha es una idea fundamental de los mundialmente famosos centros de infantes de la municipalidad de Reggio Emilia, Italia, que atienden niños de 0 a 6 años. Es la base del enfoque pedagógico, político y de sus programas, que involucra un diálogo democrático con las familias, la ciudad y la cultura. Este artículo explora lo que en Reggio Emilia significa escuchar a los niños.

Referencias Rinaldi, C. (2001) The Pedadgogy of Listening: The Listening Perspectiva from Reggio Emilia. En “Innovations in Early Education: The International Reggio Exchange” vol. 8 no. 4 Extraído de: http://www.educacion.objectis.net/primer-ciclo/documentos-dereferen

cia/Lapedagog_adelaescucha_1_.doc

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