Una instrucción, varias interpretaciones

Una instrucción, varias interpretaciones

Recientemente se han dado a conocer las respuestas de un niño de 6 años a un ejercicio de matemáticas al que su profesor le ha calificado todos los reactivos como incorrectos.

La instrucción decía textualmente:

Escribe con cifras los siguientes números

Diez:

Noventa y ocho:

Ochenta y uno:

Sesenta y seis:

Treinta:

Como adultos todos tendríamos prácticamente la misma respuesta: 10, 98, 81, 66, 30. ¿Esta sería una respuesta correcta? Pero qué hay de las diversas interpretaciones que pueden dársele a esta instrucción. ¿Crees que sólo hay una forma de responder?

Mira lo que contestó el niño en cuestión:

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El profesor ha tomado por incorrectas todas las respuestas, pero ¿lo son? ¿Cabe la posibilidad de que la pregunta haya sido interpretada de una forma distinta? Y en ese caso, ¿la respuesta sería correcta?

Conforme crecemos, en determinadas ocasiones nos acostumbramos a pensar de una sola manera, en una sola dirección, dando por cierta la respuesta más obvia y creyendo que es la única. Pero cuando recién estamos desarrollando los procesos de pensamientos no sucede lo mismo.

Los niños pueden acercarse a respuestas que nosotros jamás hubiéramos pensado posibles, si aprenden desde su infancia a buscar diferentes soluciones a los problemas que puedan aparecer a lo largo de su vida. Y para ello los profesores deberían preferir guiarlos en la construcción de sus aprendizajes, antes que decirles qué pensar o qué interpretar.

Este trabajo docente requiere de gran agudeza y especialización, para que cuando la posibilidad de pensamiento lateral o divergente se presente, esté abierto a las soluciones propuestas por el alumno y comparta con la clase las conclusiones.

Ya que a diferencia del pensamiento convergente –que plantea una solución correcta-, el pensamiento divergente puede hallar muchas soluciones creativas.

Resulta claro en este caso que el niño interpretó que debía escribir con cifra el número consecutivo (el siguiente). Y si este fue el proceso lógico, entonces su respuesta es correcta, en términos matemáticos. Pero no es el único, veamos ahora un ejemplo de las respuestas de una niña de 6 años ante una instrucción similar:

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Quizá una explicación más detallada de las instrucciones los habría acercado al resultado esperado por su maestro.

En nuestro modelo pedagógico sabemos que hay muchas soluciones para un evento, la cuestión es explorar las propuestas y conocer cuál es más satisfactoria, teniendo en cuenta la experiencia y unicidad de cada pequeño. Estamos comprometidos con ello, y lo hacemos extensivo a cada una de nuestras actividades diarias.

¡Ven y conócenos!

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