¿A qué le tienen miedo los niños?

¿A qué le tienen miedo los niños?

El miedo a la oscuridad es un temor infantil con el que casi todos los padres nos hemos enfrentado y forma parte de los miedos infantiles habituales, concluye una investigación conjunta de la Universidad de Murcia y la Universidad Miguel Hernández de Elche. Surge a partir de los 18 meses de vida, pero es más habitual que aparezca desde los tres o cuatro años, y se extiende hasta los ocho o nueve años, de forma general.

Aunque de acuerdo con los especialistas pediátricos, aunque no hay un motivo claramente identificado, por regla general las personas tememos aquello que nos es desconocido. Tomando en cuenta esto, los niños pequeños desconocen muchas cosas con las que nosotros estamos familiarizados, por ejemplo la ausencia de sus papás. Quizá nosotros estemos ocupados en otras labores, cocinando, lavando el auto o mirando televisión, sin embargo nuestro hijo  puede estar viviendo un momento angustiante debido a la oscuridad, cuando intenta dormir y no puede, aunque ya les hemos explicado que volveremos.

El miedo es evolutivo y comienza a evidenciarse con el desarrollo de la imaginación. Normalmente  es únicamente por un período de tiempo y remite espontáneamente. Aunque es normal que como papás nos preocupemos y queramos que se sientan cómodos durante esta etapa. Los psicólogos infantiles recomiendan  en primera instancia evitar restarle importancia a sus miedo, ya que a pesar de que nos parezcan infundados o irracionales, el sentimiento de temor que experimentan es absolutamente real.

Estos son algunos consejos para facilitar un poco este proceso natural de vida:

Reduce los estímulos tecnológicos negativos. Las noticias o algún programa violento pueden inducir estos temores.

Evita encender la luz, ya que tardarán más en dormir, pero puedes ayudarle encendiendo con una lámpara muy tenue hasta que se sienta más seguro.

Relájalo antes de dormir. Háblale suavemente, lean un poco libros relajantes y positivos.

Felicítale por sus logros, como cuando en la oscuridad vaya al baño o cuando se despierte y note la ausencia de sus papás, y lo maneje con ecuanimidad.

Algunos juegos para ayudar a nuestros hijos a familiarizarse con la oscuridad también son muy útiles, estos son algunos ejemplos:

Gallinita ciega. Tapa sus ojos con un pañuelo y que los busque dentro de una habitación.

Sombras. Hagan sombras con sus manos y jueguen a adivinar de qué animal se trata.

Cuentos. Con una lámpara iluminando el techo, cuéntale una historia tranquila y de final feliz.

Hablar con tus hijos acerca de sus miedos  y contarles historias donde el protagonista es un niño de su edad que supera sus miedos y desarrolla la valentía. les ayuda sin duda a saber que pueden superar el temor ellos también; procura que sepa que puede llamarte en cuanto necesite tu presencia.

Finalmente es una etapa que muy probablemente va a presentarse, así que vivirla sin tensiones siempre es la opción ideal.

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