Educación musical, estímulo trascendental en la educación inicial
Estamos expuestos a la música casi en todo momento y lugar. En el transporte urbano, en nuestro auto, cuando vamos a comer a un restaurante o simplemente al caminar por la calle. Es una influencia trascendental en la vida y es mucho más que un elemento ambientador o secundario que sirve para entretener. Es una experiencia sensorial y pues a través de ella nuestros hijos pueden desarrollar habilidades físicas y mentales.
Sabemos que es necesario que los pequeños sean estimulados constantemente ya que la carencia de estímulos puede ocasionarles alteraciones conductuales o psicológicas, e inclusive físicas. Por ello es que en nuestro sistema de maternal y preescolar 100% constructivista (Querétaro, México), todos los días al iniciar les regalamos una estupenda sesión de activación física. Iniciamos con una sesión musical en la que bailamos todos juntos para mejorar la coordinación y desarrollar una mayor atención, capacidad de concentración y paciencia. Los niños al compás de los sonidos intentan una y otra vez seguir el ritmo y la letra de las canciones. De esta forma ejercitan la motricidad fina, gruesa y dicción. Como lo hacemos en grupo, aprenden a socializar y a definir su espacio personal y respetar el de los demás. Adicionalmente también tenemos sesiones musicales donde los niños hacen su propia música, aprenden a negociar y a ejecutar el rol que hayan acordado y descubren las posibilidades que tiene su mismo cuerpo para hacer sonidos musicales.
La música, además de ser una obra planeada de inicio a fin que estimula la síntesis, razonamiento y análisis, tiene como elementos presentes el ritmo, pausas, variaciones, agrupaciones, estructura, un gran número de instrumentos, es decir: matemáticas.
En un estudio se demostró que aquellos niños que habían recibido educación musical previa mostraron mejores resultados en su capacidad de razonamiento lógico que aquellos que nunca habían recibido ese estímulo.
Muchos son los procesos de aprendizaje que ocurren en los niños, por ejemplo:
- Identifican la velocidad del sonido.
- Son capaces de discernir si es un sonido fuerte o débil.
- Pueden distinguir entre sonidos graves y agudos.
- La duración de las piezas los conduce a diferenciar si son largas o cortas.
- Pueden además comparar sonidos y relacionarlos con los que escuchen en otros momentos.
- Desarrollan sus preferencias personales.
- Son capaces de entender la historia (letra de las canciones), ordenarla y memorizarla para después reproducirla, ejercitando la memoria auditiva y el pensamiento lógico.
Al margen de estos beneficios, los niños disfrutan muchísimo las sesiones de música. Para finalizar, te decimos algunos nombres de músicos con intereses matemáticos –Bach, Bartók, Mozart, Schillinger, Schönberg, Stockhausen y Xenakis– y matemáticos que entienden la música como parte importante en su vida –como Pitágoras y Einstein–.
¡Permite que la música colme sus sentidos!