Educar con límites
Un niño pequeño está lleno de energía, vitalidad y curiosidad sin fin. Está explorando los límites de todo su mundo, además de que va adquiriendo destrezas. Dentro de la particularidad individual de cada uno, es necesario comenzar a explicarles y a conducirles dentro de ciertos límites razonables.
Primero que todo, es importante recordad que si se muestran irritables y caprichosos es porque están desarrollando su autonomía y el deseo de afirmar su voluntad y libertad.
Dicho esto, es obvio que el establecimiento de límites les disgustará frecuentemente y se sentirán frustrados, así que deberás hacer acopio de paciencia y desarrollar tu estrategia personal para lograr que los límites sean claros, firmes y constantes.
Sabemos que en ocasiones resulta complicado educar a un niño pequeño, sin embargo es deber de los cuidadores principales mostrarles qué es aceptable y qué no, por ello te recomendamos:
-Evita repetir continuamente “NO”.
Los “nos” deben ser la excepción y nunca la regla. Se requiere mantener una postura firme y, cuando la ocasión lo amerite, inamovible. Si al momento de darle una indicación tu hijo se muestra reticente, lo mejor es evitar la confrontación y las negativas directas, diciendo frases como: “Entiendo que estés enojado, pero es necesario que te laves los dientes cada noche”.
-Conciliar en ocasiones es necesario.
Especialmente en relación con la comida, para evitar obligar al niño y no afectar su actitud futura con los alimentos. Mantén presente que ellos están explorando y estableciendo la relación con la comida, que es un factor determinante de una vida adulta saludable. Hay momentos en que tu pequeño desarrollará sus habilidades para negociar contigo sobre determinado límite, y será tu criterio quien determine el rumbo a tomar.
-Mantente congruente.
Establece normas para tus hijos y condúcelos a que las cumplan, pero también es necesario que tu las respetes. Si le dices que no podrá jugar con su pelota favorita durante 5 minutos, asegúrate de cumplir el plazo que le marcaste, porque de lo contrario sabrá que sus padres suelen incumplir los límites.
-Respeta las reglas.
Si estás trabajando con que mantenga sus juguetes en orden, deberás mostrarte ordenado con tus pertenencias, para que comprenda que este hábito es importante y se lleva a cabo sin importar la edad o jerarquía.
-Muéstrate tolerante.
Obviamente tu hijo irrespetará en numerosas ocasiones las normas que establezcas y ello puede frustrarte. Es fácil ceder ante el enojo y comenzar las regañinas fuera de tono. Serénate, respira y vuelve a explicarle desde el inicio. Te sentirás mucho mejor.
Para finalizar, queremos que sepas que, como educadores, nosotros sabemos lo ardua y dispendiosa que es la esta labor, y que estamos seguros que sin duda la realizarás con el máximo de atención y cariño, porque, al final, tus hijos son lo más importante.