Enseñando a apreciar las pequeñas cosas
Los papás queremos que nada les falte a nuestros hijos, especialmente si durante la infancia nosotros tuvimos carencias. Los niños están acostumbrados a recibir estímulos que les proporcionan satisfacción instantánea y pasajera. Sin embargo, muchos papás se preguntan cómo ayudar a sus hijos a valorar las cosas más sencillas.
Esta lista reúne las actividades sencillas favoritas que nos compartieron algunas familias de nuestra escuela:
Abrazar al muñeco de peluche favorito
Ver la luna
Hallar formas en las nubes
Sentir el viento en el rostro
Mojarse con la lluvia
Chapotear en los charcos
Pasear en el parque
Oler una flor
Caminar descalza
Ver volar a los pájaros
Escuchar los sonidos de los animales
Hacer un picnic
Bañarse con agua calientita
Preparar juntos la comida favorita
Jugar con lodo
Leer el libro preferido
Hacer manualidades juntos
Conforme van creciendo, algunos expertos recomiendan: asígnales una tarea sencilla en el hogar, reconoce sus esfuerzos, evita comprarles todo lo que pidan, tómate tu tiempo para valorar sus peticiones. De esta forma, paulatinamente comprenderán que toda colaboración es importante y que la familia es un equipo que trabaja unido, y sus prioridades se determinarán en este sentido antes que en los objetos materiales.
Los beneficios son muchos: así estimulamos los sentimientos mediante actividades que causan satisfacción, paz, alegría y tranquilidad. Si nuestros hijos están cansados o tristes, podemos realizar alguna de estas actividades para ayudarles a sentirse mejor. También les ayuda a conocerse mejor, identificar sus gustos, preferencias e individualidades, elevando su seguridad e independencia. Y quizá la parte más importante sea que nuestros hijos (y nosotros mismos) son menos demandantes y más generosos, porque estas actividades están al alcance de todos.
Las opciones son ilimitadas, lo importante es que sean disfrutables sin complicaciones, para que puedan retomarse en cualquier momento en que se desee reconectar para sentirse mejor. Recuerda que el ejemplo es importante y que más que las palabras, son las actitudes las que van a aprender y reproducir. Nosotros somos su modelo.