El ambiente escolar como tercer educador
La semana pasada una mamá nos preguntó por qué el jardín o los salones se decoran distinto cada día. Esta inquietud da pie al escrito de nuestro blog de esta semana.
Comencemos distinguiendo entre espacio y ambiente. Espacio es la infraestructura de la escuela, mientras que ambiente es la forma en la que ese espacio está conformado por los educadores para que los niños puedan obtener el mayor beneficio de él.
Por ello, en Bimbi nos ocupamos que cada zona de la escuela sea un lugar acogedor y confortable donde los niños se encuentren cómodos consigo mismos, con otros niños y con los adultos a cargo, y que al mismo tiempo, se sientan confiados para expresarse libremente sin limitar su creatividad.
El ambiente es el tercer maestro.
Esta expresión es muy común en las escuelas con enfoque pedagógico ‘Reggio Emilia’ e indica que el entono o el ambiente, apoya el trabajo y los intereses de los niños. Por ello es necesaria la creación de espacios o áreas de aprendizaje que inviten a la interacción, exploración y trabajo en grupos pequeños.
De acuerdo con el pedagogo italiano Loris Malaguzzi, hacemos lo posible para que el aula sea una especie de acuario transparente donde se reflejen las ideas, las actitudes y las personas. Dentro de nuestro salón de clases cada día los niños se encuentran con una disposición distinta de los materiales, que tienen por objetivo desarrollar su expresión estética, exploración visual, la forma de expresarse y comunicarse, y como elemento generador de cambios sociales. Más allá de venir a estudiar, nuestra escuela está diseñada para vivirla.
Diariamente hacemos una cuidadosa planeación de la forma en que presentaremos cada espacio a nuestros niños, adaptando los olores, colores, texturas, materiales, etc., a sus necesidades, favoreciendo en todo momento sus necesidades y la construcción del conocimiento.
Además de hacerlo en cada salón, igualmente el jardín es un elemento importante que apoya en este proceso. Por ello es que diariamente por las mañanas las maestras se ocupan de que sea un elemento que despierte interés en cada niño, que entre a la escuela preguntándose qué actividades realizarán, que esté emocionado por interactuar y aprender de ese espacio. De forma similar, el Atelier es un lugar específicamente diseñado para que con una iluminación natural muy agradable y colores cálidos sea un laboratorio de expresión creativa.
En todo momento las maestras toman nota de lo que ocurre con cada uno de los niños y realizan la documentación pedagógica del proceso de enseñanza-aprendizaje, valorando y considerando al niño como protagonista activo de su propio aprendizaje.
Así pues, cada día los niños se sumergen en un laboratorio del saber, que aparece con sus variantes, para que ellos, como constructores de sus saberes, sean quienes lo experimenten y lo disfruten.
¡Feliz aprendizaje!